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domingo, 30 de enero de 2011

BI ALDIZ JAIOTZEA

El primer “nacimiento” fue alrededor del sexto mes de embarazo de Keri McCartney, cuando los cirujanos del Hospital Infantil de Texas sacaron al pequeño feto del útero de Keri, para extraerle un tumor que habría matado a Macie antes de nacer.

La segunda vez fue el 3 de mayo, cuando los McCartneys dieron la bienvenida a su hija, operada y en perfecto estado de salud.

La feliz pareja habló en exclusiva para Ann Curry, del programa TODAY, el viernes desde el hospital, donde se les unió el Dr. Darrell Cass, el cirujano fetal que lideró al equipo que realizó una cirugía llevada a cabo con éxito, menos de veinte veces alrededor del mundo. En el caso de Macie, él dijo: “Fuimos muy muy afortunados. Realmente resultó perfecta”.


La historia de los McCartney comenzó en la semana 23 del embarazo de Keri, cuando la pareja llevó a toda la familia a la consulta del obstetra para saber el sexo del bebé que Keri llevaba en su interior.


“Estaba toda nuestra familia”, le dijo Chad McCartney a Curry. “Nuestros cuatro hijos se habían apilado en la furgoneta, y nos dirigimos a nuestro ultrasonido rutinario para saber cual iba a ser el sexo del bebé. Esa fue la gran discusión durante el trayecto, así que había mucha excitación”


Una revelación mortal


Todos entramos a la habitación de ultrasonido, deseando ver la imagen del feto en la pantalla.

“De repente la técnico de ultrasonido tuvo una expresión contrariada en su rostro”, dijo Chad. “Sacó a nuestros hijos de la habitación y luego nos informó de que aparecía una gran masa en nuestro bebé”.


La imagen de ultrasonido mostró lo que parecía un globo que estaba creciendo en la región lumbo-sacra- excepto que estaba lleno de vasos sanguíneos, y era tan grande como el feto. El tumor no era cancerígeno…, pero aún así, mortal.

“El tumor era gigante” dijo Cass. “Era del tamaño de un pomelo”


La obstetra de los McCartney nunca había visto un tumor como ese en todos sus años de profesional. Después de investigar un poco, descubrió que el Hospital Infantil de Texas en Houston- a seis horas de distancia del hogar de la familia Laredo- era uno de los tres únicos hospitales en el mundo, que se especializaban en tales condiciones.


“Esto es increíblemente raro. Es uno entre 40.000 nacimientos”, dijo Cass. “Muchas veces, estos tumores pueden crecer o permanecer pequeños, y realmente no afectar al feto de forma significativa. En el caso de Macie, el tumor creció increíblemente rápido, y básicamente estaba robándole la sangre que su cuerpo necesitaba para crecer. Podría haber muerto si no se hubiese hecho nada”.


Un nombre adecuado

Keri Y Chad se fueron a su casa con el pronóstico grave, y decidieron que necesitaban ponerle un nombre a su niña, en ese momento.

“Decidimos ponerle un nombre, porque nos habían dicho que la posibilidad de que sobreviviera, era menor al 10%”, dijo Chad McCartney, reprimiendo las lágrimas mientras contaba la historia. “Queríamos elegir un nombre que fuera apropiado, así que la llamamos Macie Hope- porque sentimos que era todo lo que teníamos.”


Fueron a Houston para la cirugía que Cass describió desde el punto de vista quirúrgico, como “delicado”.

“Requería que la sra. McCartney se sometiese a una anestesia muy muy profunda, aproximadamente siete veces más profunda que una cirugía media”, dijo él. “Eso es necesario para poder tener el útero muy muy relajado”.


El y otros cirujanos abrieron el abdomen de Keri y sacaron completamente su útero. “Teníamos que encontrar un área del útero, que pudiéramos abrir de forma segura, para no tocar la placenta”, explicó.

Cuando encontraron el área, abrieron el relajado útero, y extrajeron alrededor del 80% del cuerpo de Macie Hope- que no pesaba más de un cuarto de libra- dejando solo la cabeza y la parte superior del cuerpo, en el útero. Exponer al feto al ambiente, conllevaba el peligro de que podría padecer un paro cardíaco, y los cirujanos trabajaron rápidamente para extraer el tumor y devolver a Macie a la seguridad del útero.


Esa parte del procedimiento de cuatro horas, tomó alrededor de veinte minutos. Los cirujanos tuvieron entonces que cerrar cuidadosamente el útero para que quedara hermético, para evitar que filtrara líquido amniótico.

“Teníamos la esperanza de que el embarazo iba a continuar”, añadió Cass.


Vuelta a nacer


Esa esperanza también fue respondida. Macie Hope no llegó al término de los nueve meses, pero, dijo Cass, “el embarazo duró otras diez semanas, lo que permitió a Macie recuperarse del tumor que la estaba matando”.


El 3 de mayo, Macie Hope nació otra vez, esta vez para quedarse. Ella y su madre han permanecido en el Centro Médico de Texas desde entonces, ya que ambas se están recuperando completamente de la cirugía milagrosa. Macie todavía tiene una gran cicatriz en su espalda, la cual dicen los cirujanos que se puede corregir cuando sea mayor.

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